Turismo de festivales: la música como estrategia de destino

THR opina

Turismo de festivales: la música como estrategia de destino

El mercado turístico dedicado a los festivales de música ha crecido a un ritmo constante durante los últimos años, con Reino Unido y España a la cabeza. Las cifras son testimonio de la importancia de este fenómeno: en 2019, unos 12.6 millones de turistas extranjeros asistieron a eventos de música en directo en el Reino Unido; mientras, España alberga más de mil festivales de música al año, con un impacto económico de 5.600 millones de euros.

Con la pandemia llegaron una serie de restricciones a las aglomeraciones, así como al turismo extranjero, lo que llevó a la disminución del aforo de algunos festivales, y, en la mayoría de los casos, a su cese. Sin embargo, el turismo destinado a los festivales de música se encuentra de nuevo en auge gracias al abandono progresivo de dichas restricciones.

Si bien existen muchos incentivos para albergar un festival de música, este tipo de turismo también puede comportar una serie de desventajas. El principal desafío para los destinos turísticos que deseen optar por esta estrategia radica en la dificultad a la hora de garantizar una oferta de valor a la industria y sus visitantes a la vez que se respetan los intereses y demandas tanto de los residentes como de las autoridades locales.

La demografía y economía de los festivales de música

La variedad de perfiles de turistas interesados en festivales de música solo puede compararse a la de los diferentes géneros musicales que existen. En consecuencia, cada festival tiene su propio público objetivo: desde las generaciones más jóvenes, a menudo empleando estrategias de masas, a las más adultas, quienes suelen estar dispuestas a pagar más por un formato más exclusivo.

Según un informe de 2019, el gasto medio individual en un festival de música de carácter joven en España son 430€, de los cuales un 30% se destina a la acomodación mientras que un 25% se destina al transporte. Por ende, un evento del calibre del Primavera Sound en Barcelona fue capaz de generar un impacto económico de unos 120 millones de euros en 2019 gracias a sus 220.000 visitantes.

Beneficios para el destino turístico

Ser anfitrión de un festival de música puede abrir las puertas a una serie de beneficios en múltiples parámetros. Además de dar un buen impulso a la economía local, un festival de música puede ayudar a construir una imagen de marca más fuerte, funcionar como una herramienta de promoción y mejorar toda una serie de condiciones socioculturales en el destino, tales como:

  • Creación de puestos de trabajo y otros beneficios: además de recibir un porcentaje de las ganancias del festival en sí, la organización de eventos de este tipo deriva en la creación de puestos de trabajo. Es más, la llegada de miles (en algunos casos, cientos de miles) de visitantes supone una nueva fuente de ingresos a hoteles, bares, restaurantes, museos, negocios de alquiler de coches, etc. A esto se le podrían sumar los proyectos de infraestructura y desarrollo urbano que suelen acompañar a estos eventos, pues muchos destinos necesitan adaptar y renovar algunos de sus espacios para festivales de cierta envergadura.

  • Migración estacional: organizar un festival de música puede ayudar a aumentar los ingresos anuales mediante la extensión de la temporada turística. Esto se debe a que los festivales de música suelen tener lugar fuera de temporada alta, ya sea en primavera o en otoño. En consecuencia, la incorporación de un festival de música puede ayudar a un destino garantizando una transición progresiva tanto a principios como a finales de temporada, además de alargar contratos estacionales.

  • Posicionamiento y promoción de la marca: ser el anfitrión de un festival de música de gran prestigio puede servir como impulso para el reposicionamiento de destino, así como para su promoción tanto a nivel doméstico como internacional. Por ejemplo, un destino puede llevar a cabo una estrategia asociativa basada en el estilo de vida y valores propios de un festival de grada joven, lo que puede contribuir a su posicionamiento como lugar atractivo para este tipo de públicos.

  • Beneficios de carácter cultural para la población local: en algunos casos, la proximidad del festival a núcleos urbanos conlleva la oportunidad de que la población local pueda disfrutar de la experiencia sin tener que viajar ni pagar gastos de acomodación. Por último, a la posibilidad de ser anfitriones de un festival de música de prestigio le suelen acompañar sentimientos de orgullo, identidad y satisfacción.



Inconvenientes para la población local

Los festivales de música también pueden tener un impacto negativo en la comunidad local. Por ejemplo, las grandes acumulaciones de visitantes que acuden a los festivales de música pueden llevar a problemas de tráfico, congestión, aglomeraciones, cierre de carreteras, etc. Todos estos problemas, además de un enorme y puntual aumento en la demanda en supermercados y farmacias locales pueden ocasionar graves disrupciones en la vida de los residentes.

El conflicto social puede intensificarse si el evento no es aceptado por la mayoría de la población local, lo que puede dar lugar a conflictos de carácter social, desde protestas a boicots. Idealmente, se debería incluir a los residentes en el proceso de toma de decisiones, ya sea con representación directa o indirecta, para que se tengan en cuenta sus preocupaciones y todos los actores puedan beneficiarse de la situación. El objetivo debe ser maximizar no sólo el beneficio económico, sino también los resultados sociales, minimizando el impacto negativo sobre los residentes.

Por último, se debe tener en cuenta el impacto medioambiental de recibir de forma abrupta a miles de visitantes. La acumulación de desechos, el consumo de agua, la sobreutilización de infraestructura pública, los recursos policiales a la hora de gestionar la delincuencia o la erosión del paisaje son algunos de los costes que el destino tendría que asumir al albergar un evento de este perfil. La sostenibilidad es, por lo tanto, un factor clave a tener en cuenta al organizar un festival de música, pues la correcta gestión de un evento de tal envergadura requiere reforzar una serie de recursos como la sanidad, la limpieza o la seguridad.

En resumen

A medida que el turismo internacional continue creciendo después de la pandemia, el turismo relacionado con los festivales de música seguirá ganado inercia, pues solo en 2022 van a tener lugar cientos de festivales regionales e internacionales alrededor del mundo.

En vista de que cada vez más destinos consideran albergar festivales de música, es importante que las comunidades locales puedan tener voz propia en el proceso de toma de decisiones para asegurar no solo que las ganancias del festival se distribuyan adecuadamente, sino que los posibles inconvenientes de dicho evento se puedan mitigar. Solo encontrando un equilibrio entre los beneficios económicos de un festival de música y las necesidades del público será posible convertir este fenómeno turístico en una tendencia sostenible y beneficiosa para todas las partes.


Artículo de Alejandro Gracia, Becario de THR Tourism Industry Advisors

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