Slow Tourism, ¿moda pasajera o componente integral del turismo sostenible?

THR opina

Slow Tourism, ¿moda pasajera o componente integral del turismo sostenible?

Muchos turistas buscan ahora un enfoque diferente en los viajes, sobre todo después de la pandemia de Covid-19 y sus restricciones, centrándose en un estilo más relajado, auténtico y realista en el disfrutar del tiempo que se pasa en un nuevo destino.

El movimiento Slow tourism (turismo lento), se diferencia del turismo tradicional en el sentido que pretende satisfacer esas necesidades, buscando una intensidad de las actividades más moderada y en una relación más profunda con el entorno y con otros actores implicados en un destino, ya sean miembros de la comunidad local o incluso otros turistas.

Orígenes del movimiento Slow Tourism

El concepto slow tourism aparece por primera vez a principios de los primeros años de la década de 2000 como una rama del movimiento Slow Food, que a su vez pretendía contrastar la inexorable expansión de las cadenas de comida rápida fomentando un consumo más consciente de los alimentos y la comprensión de los orígenes y el proceso de producción de lo que comemos.

El concepto Slow reconocía la necesidad de desacelerar y contrastar con un ritmo cotidiano frenético que nos impide vivir y apreciar plenamente nuestras experiencias vitales.

Slow Tourism como nueva forma de viajar

El turismo slow tiene como objetivo infundir a los turistas recuerdos vívidos de los lugares visitados y enriquecer sus experiencias con emociones y sensaciones más profundas e indelebles.

El turismo slow difiere en muchos aspectos de lo que clásicamente estamos acostumbrados hoy en día como turistas. El turismo de masas suele caracterizarse, como su nombre indica, por la afluencia masiva de personas a destinos populares durante épocas limitadas del año. En general, este perfil de turista tiende a optar por las alternativas más baratas o fáciles, lo que da lugar a destinos masificados, contaminación, poblaciones locales exasperadas y un agotamiento general de las infraestructuras sociales necesarias para sostener un destino turístico.

En contraposición a los turistas de masas, los seguidores del Slow Tourism se sienten atraídos por infraestructuras más sostenibles, como por ejemplo, destinos que ofrecen recorridos en bicicleta en lugar de en autobús, experiencias de acampada, o que atienden a mochileros con una inclinación ideológica más ecológica.

Un ejemplo práctico de destino de Slow Tourism es El Hierro, en las Islas Canarias (España), primera isla del mundo completamente autosuficiente con fuentes de energía renovables, donde los turistas pueden disfrutar de un ritmo de vida más lento, libre de multitudes y de complejos turísticos asfixiantes, ideal para disfrutar de la naturaleza y el senderismo, la comida y el vino locales, etc.

¿Cuáles son los beneficios adicionales del Slow Tourism (turismo lento)?

  • El turismo lento permite a los visitantes participar más activamente en su experiencia de viaje, permitiendo una interacción más personal con un lugar. Esta mayor participación en el destino permite a los visitantes desarrollar un interés, un respeto y una consideración más genuinos por la cultura y las tradiciones.

  • Los turistas “lentos” suelen buscar destinos que les permitan romper con las rutinas cotidianas y reconectar con ellos mismos y con su entorno.

  • Los hábitos de compra de los turistas seguidores del Slow Tourism también tienen un impacto en la economía local. Estos turistas evitan comprar en empresas multinacionales, por lo cual es más probable que el dinero gastado se quede en las comunidades locales.


Límites del Slow Tourism

  • Como cualquier otro movimiento, el turismo lento se enfrenta a una serie de retos y contradicciones:

  • A pesar de estar centrado en lo lento, el transporte hasta la mayoría de los destinos suele ser el avión o el tren.

  • El Slow Tourism, como tendencia, aún está en desarrollo y, por tanto, no está claro si los destinos deben realizar una inversión sustancial a largo plazo para atender a este nicho de viajeros.

  • Como ocurre con cualquier tendencia, existe el riesgo de que un gran número de personas adopte el concepto, transformándolo en turismo de masas por derecho propio y perdiendo su propósito original al convertirse en la corriente principal.


Futuro del Slow Tourism

  • El sobreturismo (overtourism) puede afectar seriamente a los destinos. En consecuencia, el turismo lento puede ayudar a aliviar algunas de las problemáticas que conlleva el turismo de masas, pero aún está por ver qué impacto cuantificable puede tener.

  • Los turistas “lentos” pueden ser realmente un tipo de turistas que aporta y contribuye positivamente a un destino.

  • Sólo el tiempo dirá si el movimiento Slow es tan solo una tendencia temporal, o si pasará a ser un concepto más duradero y sostenible.

  • En cualquier caso, cualquier iniciativa que apoye la mitigación del turismo de masas merece ser tomada en serio por los gobiernos y otros agentes del sector.

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